Los metales pesados también están presentes en los pesticidas y herbicidas (es decir, en tu propia comida), así como en emisiones industriales, en las emisiones de autos y de tubos fluorescentes, en colirios oculares, bombillas de bajo consumo, baterías, desinfectantes, tabaco, vacunas, medicamentos, utensilios de cocina y de aseo, productos de higiene personal y cosmética (cremas, foto protectores, desodorantes).y un etc.. extenso en la vida industrializada.
Otras fuentes de metales pesados como el arsénico o el plomo se emplean en la fabricación de cristales, fertilizantes, pesticidas, tintes para el cabello, cosméticos, pinturas, fontanería, tintas, y preservativos para la madera. El grupo de metales pesados incluye entre otros: mercurio, plomo, cadmio, níquel, aluminio y titanio (aunque realmente los dos últimos son metales ligeros).
La mayoría de los metales pesados son tóxicos, mientras que otros como el hierro, el germanio y el cobre son necesarios en su forma orgánica, pero muy tóxicos en su forma inorgánica.
Otra importante fuente de estos tóxicos para nuestro organismo son la amalgama utilizadas por los dentistas, constituidas en un 50% de mercurio. En tan sólo 4 semanas desde que nos ponen la amalgama el mercurio ya está presente en el hueso de la mandíbula, intestinos, pulmones, y algo más tarde, llega también a nuestro cerebro, hígado, tiroides, páncreas pituitaria, riñones, suprarrenales y ovarios.